Los aficionados a los hongos pueden llenar su cesta en los montes navarros hasta mediados de septiembre | El Diario Vasco

2022-09-09 12:30:56 By : Mr. David Yu

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Los bosques navarros están llenos de hongos y quien madruga y sabe buscarlos está llenando sus cestas con estos pequeños pero sabrosos manjares. / FOTOS IÑIGO ROYO

Cesta, navaja y 'makila' para subir al monte y recoger uno de los manjares más codiciados del año: el hongo. Las lluvias de agosto han dado un fuerte impulso para que la temporada sea prolífera, pero los recolectores, expertos en la materia, prevén que no será larga. Esta semana los guipuzcoanos que se han acercado a las zonas fronterizas con Navarra han encontrado género todas las mañanas. Algo que podría cambiar para mediados de mes. El fin de semana los montes se llenarán pero los seteros de la zona afirman que «hay hongos para todos».

Los montes que rodean Leitza, Areso o Gorriti, en territorio navarro, están estos días plagados de aficionados que tienen la esperanza de llevarse las cestas completas a casa. Entre ellos, un vecino de Areso que se conoce todos los escondrijos donde el hongo se resguarda para no acabar en la sartén. Su lema es claro: «Cuando hay mucho hongo andas poco y cuando hay poco andas mucho». Javier Atxukarro, nacido en Berastegi, ha recogido esta semana más de 50 kilos. «La gente ha olido que están saliendo y vienen en masa», explica. Pronostica un domingo donde las zonas más conocidas estarán hasta arriba, como el anterior, donde ya se avistaban docenas de coches que no eran de los pueblos de alrededor en las pistas forestales. Atxukarro señala que los lugares donde mayor afluencia suele haber es en Bera y en Lesaka, favoritas para los guipuzcoanos.

Si bien en los años anteriores no ha habido grandes recogidas en los montes que atraviesan la A-15 tras llegar a Navarra, esta temporada Javier no duda de que «habrá hongos para todos». Montado en su vehículo 4x4 y a marcha lenta, pone el ojo en las orillas del camino. «Si ves que hay hongos según miras por la ventanilla ya sabes que te vas a ir con las manos llenas», comenta. Este año, sin embargo, falta un elemento clave. No han salido las 'chivatas', llamadas así porque allí donde nacen suelen florecer hongos de gran calidad. Aparca, sale del coche y saca la cesta y su palo. «No soy nadie sin la makila», se sincera. A partir de ahí solo toca buscar. Labor fácil para el berastegiarra, ya que se sabe todos los rincones en los que algún hongo podría crecer. De hecho, prefiere no contar cuáles son algunos de ellos, no vaya a ser que algún lector de este periódico descubra su secreto. De todas formas, insiste en que hay cosecha para todo el mundo. Y a Javier no le hace falta alejarse mucho del coche para llenar la cesta.

La búsqueda tiene más premio en zonas con musgo, favorables para el crecimiento de hongos. También se encuentran escondidos bajo la maleza y estiran su cuerpo tomando una forma alargada. Atxukarro desenfunda la navaja y los saca desde la raíz. «Cuando caen rayos y truenos la tierra se calienta y si a eso le sumas la lluvia es seguro que en 21 días saldrán los hongos de la tierra», explica. El que más cargada se lleva la cesta a casa es el que más sabe. Aunque Atxukarro puntualiza que «el hecho de que este año un bosque sea una zona donde los hongos han crecido de forma copiosa no quiere decir que las próximas temporadas vaya a ser así».

En cuanto a las especies, las más habituales en esta zona son el boletus edulis (onddo beltza), de txapela marrón muy oscura y el boletus aereus (onddo txuria). Atxukarro se lleva 3 kilos de estos ejemplares, que cocinará en la sociedad. Otro de los que se suelen recoger en tierras de Gipuzkoa y Navarra es el colorido gorringo, la Amanita Caesarea, la seta de los césares, de color naranja que parece salir de un huevo y que según algunos, marca el final de la temporada. También se cogen otras setas como la gibelurdiña (Russula virescens), de sombrero verduzco, aunque esta semana se han encontrado muy pocos. De las que ya no aparecen apenas son las xixas o zizahori.

Los bosques en los que este vecino de Areso busca los hongos no están acotados. Es decir, cualquier persona puede coger de forma libre y sin límite de ejemplares todo lo que dé la tierra. Algo que contrasta con lo que pasa en valles cercanos como el de Ultzama. «En esa zona se acotó la recogida de hongos y no volvieron a salir», recuerda Atxukarro. Para él deberían estar todos controlados o ninguno, ya que con esta situación los aficionados a los hongos que ya no pueden acudir a esas zonas se trasladan a las cercanas para acabar masificándolas. Sin ser este un año espectacular en lo que a cantidad se refiere, parece que la mayoría de personas que se acerquen a llenar sus cestas podrán hacerlo. Eso sí, cuanto más se madrugue mayor será la cosecha y menor será la caminata.

Atxukarro es un completo fan de las xixas. «En mi tiempo libre voy a por hongos, a la mañana antes de trabajar o al salir por la tarde; pero para las xixas lo dejo todo», confiesa. Recuerda que hace años, cuando era un crío, en Berastegi crecían muchas pero que ahora «no pillas ni una». En 2020, año de la pandemia, algunas crecieron en Aralar, pero este setero viaja por todo el Estado para hacerse con una buena cosecha. Comienza la temporada en León, en la zona fronteriza con Asturias, y de allí viaja hasta Teruel, «el mejor sitio para setas a pesar de que llueve muy poco». La recogida acaba en los Pirineos, ya que los sitios que están en altura son favorables para su crecimiento.