El 'cep' marca el inicio de la temporada de la seta

2022-09-09 12:35:07 By : Mr. Allan Sun

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Xavi Petràs, en su puesto de la Boqueria con 'ceps', níscalos y otros tipos de setas, llegados de diferentes puntos de la península y de Europa 

A los boletaires les fastidia que les pregunten si han encontrado muchas setas, si la que acaba de comenzar será una temporada buena, nefasta o normal. Consideran que cuanto menos se hable del tema, mejor, que la publicidad alienta a una legión de urbanitas a arrasar el bosque cada fin de semana. El hongo blanco o cep ( Boletus edulis ) ya hace semanas que ha asomado generosamente en las comarcas de los Pirineos y del Prepirineo en las que ha llovido este agosto y, ahora, se espera la eclosión de los níscalos o rovellons ( Lactarius deliciosus ). Los expertos son “optimistas, pero moderadamente” y con mil reparos, pues la que a priori se presenta como una prometedora campaña corre el riesgo de frustrarse si sopla con fuerza viento del norte y seca la tierra, si hace demasiado calor o demasiado frío y si las precipitaciones brillan por su ausencia.

El Centre de Ciència i Tecnologia Forestal de Catalunya (CCTFC), en Solsona, realiza periódicamente muestreos en más de un centenar de parcelas para determinar la evolución micológica y la biodiversidad de los bosques. El martes tocó analizar enclaves de la Cerdanya y del norte del Alt Urgell, del Berguedà y del Solsonès. “Esta semana la media de producción en los Pirineos y en los ámbitos del Prepirineo donde ha habido lluvias es de diez kilos de setas por hectárea, el doble que la pasada, y seguirá creciendo. Pero en la Catalunya central, solo hemos encontrado entre uno y dos kilos por hectárea. Hay grandes diferencias entre zonas de una misma comarca que están muy próximas pero en las que el ritmo de tormentas ha sido sustancialmente diferente. La especie que ha salido primero y en más cantidad es el cep , con diferencia, y después el pinetell , el robellón y el boleto anillado ( Suillus luteus ), pero no se ven rebozuelos (Cantharellus cibarius )”, explica Juan Martínez, ingeniero de montes especializado en micología del CCTFC.

Análisis de setas recogidas esta semana, en el laboratorio del Centre de Ciència i Tecnologia Forestal de Catalunya 

Boletaires con muchos años de experiencia contestan a regañadientes, no quieren dar pistas de cómo está el monte, a la vez que lamentan la llegada de incívicos que dejan un penoso rastro de desechos. “Siempre salgo con una cesta para los hongos y una bolsa para recoger las latas, pañuelos de papel y otros residuos que encuentro en el suelo. Es una pena: a veces vuelvo a casa con el cesto medio vacío pero siempre con mucha basura”, comenta Juli, barcelonés afincado en la Cerdanya, que afirma en voz baja que esta será una temporada notable. “Prácticamente ha llovido cada tarde, las perspectivas son buenas, hasta el momento yo he encontrado bastantes ceps , pero ningún camagroc ( Cantharellus lutescens ) ni rebozuelos”, añade. Juli asiste con tristeza a los disparates que ve con demasiada frecuencia, “gente que arrasa, que lo coge todo, lo bueno y lo tóxico, arranca todo lo que encuentra y luego pregunta, es un despropósito”.

Juan Martínez apunta que la producción media de los últimos años en Catalunya es de unos 60 kilos por hectárea, cifra que incluye todo tipo de setas, las comestibles y las que no lo son, y de este último grupo las que tienen valor comercial, una cuarta parte del total. Su previsión es que esta cifra se repita este año. “Es muy difícil hacer estimaciones, a veces aciertas y otras no, igual que los meteorólogos. Nosotros nos basamos en las predicciones del tiempo que hace una agencia de EE.UU. y que indican que, de septiembre a noviembre, el nivel de lluvias será similar al del 2021. Pero si la temperatura es demasiado alta habrá menos”, alerta Martínez.

Desde Berga, el presidente de la Penya Boletaire, Ramon Minoves, también se posiciona del lado del “optimismo moderado”. “En el Berguedà y en comarcas limítrofes ha ido lloviendo casi cada tarde, los socios de nuestra peña están trayendo muchos ceps y ahora se empieza a ver algún níscalo. Pero en este tema no hay nada seguro, a los níscalos les gusta una temperatura de 18 a 20 grados, que haya humedad y que no sople el viento”, detalla Minoves, quien también deplora el comportamiento de no pocas personas que invaden estos parajes sin respeto ni ningún conocimiento micológico, al igual que ciertas cuadrillas de buscadores con la misión de sacar todas las setas que puedan del monte. Lo que es afición y una forma de ocio para unos se ha convertido en un lucrativo negocio para otros.

Detalle de setas recolectadas esta semana por expertos del Centre de Ciència i Tecnologia Forestal de Catalunya, en Solsona 

Un debate recurrente es el de limitar el acceso al bosque bien sea estableciendo tasas en zonas habilitadas para aparcar o emitiendo carnets a los buscadores con objetivos comerciales. Un tema polémico que descansa en los cajones de las administraciones.

Tal como subraya Martínez, el CCTFC ha comprobado que “el paso continuado de gente por el mismo sitio hace que el suelo cambie las propiedades físicas, la tierra se compacta, no drena tan bien, lo que no es bueno para ciertas especies, como el níscalo; además de los problemas de erosión”.

“Antes se iba a buscar setas para consumo propio y ahora hay empresas no regularizadas que envían a grupos de trabajadores”, añade Minoves.

Este puesto de la Boqueria se nutre de hongos llegados de toda Europa 

Con la llegada del otoño, ceps , níscalos, ous de reig o amanitas de los césares ( Amanita caesarea ) y rebozuelos son manjares habituales en las mesas de los mejores restaurantes, los primeros que cada mañana acuden a los mercados en busca de los mejores ejemplares. En la Boqueria, Petràs es un comercio de referencia en este sector. El miércoles exhibía en su parada rebozuelos del este de Europa, a 22 euros el kilo; ous de reig de Macedonia, a 45; ceps autóctonos y también de otras procedencias, a 30; trompeta amarilla o camagrocs , de Francia, a 28... “Estos días, de Catalunya solo tenemos ceps y algún níscalo, soy optimista pero con prudencia; sí, ha llovido, pero las temperaturas son demasiado altas”, comenta Xavi Petràs, al frente de este negocio y también experto boletaire de Olesa de Montserrat. Para dar respuesta a su clientela, se abastece de setas de todo el mundo, principalmente de la península y del resto de Europa. “Calculo que alrededor del 20% del consumo de Catalunya es de producción autóctona y el 80% viene de fuera, para cada especie tengo distintos proveedores, varios centenares”, precisa.

Una caja del preciado 'ou de reig' destaca en este puesto de la Boqueria

“Con el corazón diría que la temporada irá muy bien, pero es imprevisible. Es importante que las noches no sean calurosas, con elevadas temperaturas nocturnas crecen los gusanos”, dice Jordi Serentil, director ejecutivo del mayorista Laumont, de Tàrrega. “Lo que ha salido hasta el momento no es representativo. Normalmente donde florecía antes el níscalo era en los Alpes pero este año parece que no ha sido así. También en Teruel, Ávila, León, Soria... En Castilla y León se organizan brigadas de recolectores y aquí hay gente que se pide vacaciones para ir a la seta”, agrega Serentil. El auge de este sector incluso ha alumbrado la figura del agente comercial de la seta.

Los mejores níscalos y llanegas o babosas negras ('Hygrophorus Latitabundus') podrán verse el próximo 2 de octubre en la Festa del Bolet, con concurso incluido, que la Penya Boletaire de Berga organiza en la zona del Pla de Puigventós (Castellar de Riu).

Imagen de una anterior edición de la Festa del Bolet de Berga 

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